El caso
Albertine
1.
Albertine, el nombre, no es común para una chica en Francia, aunque Albert es
muy común para chicos.
2.
Albertine es mencionada 2363 veces en la novela de Proust, más que ningún otro
personaje
3.
Albertine está presente o es aludida en 807 páginas de la novela de Proust.
4. En,
más o menos, el 19 por ciento de estas veces se encuentra dormida.
5.
Albertine, según creen algunos críticos como André Gide, podría ser una versión
disfrazada del chauffeur de Proust,
Alfred Agostinelli. Esta idea es llamada la “teoría de la transposición”.
6.
Albertine constituye una obsesión romántica, psicosexual y moral para el
narrador de la novela, especialmente en el quinto volumen de los siete que son (al
menos en la edición de Pléiade)
7. El
quinto volumen se titula La Prisonnière en
frances y The Captive en inglés. Fue
declarado por Roger Shattuck, un experto proustiano de nivel mundial, en su
premiado trabajo de 1974 como el único volumen de la novela que un lector
apretado de tiempo podía saltarse completamente.
8. Los
problemas de Albertine son:
(desde
el punto de vista del narrador)
a) es
mentirosa
b) es
lesbiana,
y (desde
la perspectiva de Albertine)
a) esta
encerrada en la casa del narrador.
9. Su
mal gusto en música, aunque varias veces mencionado, no constituye un problema.
10.
Albertine no llama al narrador por su nombre en ningún lugar del libro. Nadie
lo hace. El narrador sugiere que su primer nombre podría ser el mismo que el
primer nombre del autor de la novela, Marcel. Vayamos con eso.
11. Albertine
niega ser lesbiana cuando es interrogada por Marcel.
12. Sus
amigas son todas lesbianas.
13. Sus
negaciones lo fascinan.
14. Sus
amigas lo fascinan también, especialmente por su contraste con sus propios
amigos (que son gay, pero de closet). Sus amigas “desfilan solas en las playas”
y se besan en restaurantes.
15. A
pesar del intense y asiduo interrogatorio, Marcel no puede descubrir que
exactamente es lo que hacen las mujeres cuando se reúnen (“esta palpitante
especificidad de placer femenino”)
16.
Albertine dice que no sabe.
17. Una
vez Albertine ha sido aprisionada en la casa de Marcel, sus sentimientos cambian.
Era la libertad de esta lo que le atrajo a él en primer lugar, la forma en que
el viento ondeaba sus prendas. Esta atracción es ahora reemplazada por un
sentimiento de tedio (aburrimiento). Ella se transforma, como él dice, en “una
pesada esclava”.
18. Esto
era esperable dada la teoría de Marcel sobre el deseo, que equivale a posesión
del otro a la vez que esta otredad es borrada, y, al mismo tiempo, su creencia
en que la otredad es lo que hace al otro deseable.
19. Sobre
eso, ¿cómo exactamente posee su mente si ella es lesbiana?
20. Su fascinación
continúa.
21.
Albertine es una chica con una gorra deportiva plana empujando su bicicleta por
la playa cuando Marcel la ve por primera vez. Regresa a esta imagen con frecuencia.
22.
Albertine no tiene familia, profesión o prospectos. Se muda rápidamente con
Marcel. Duerme en su propio cuarto. Ella enfatiza que, a pesar de todo, es una
persona “obediente”. (Vease la nota anterior sobre Albertine como una “pesada
esclava”)
23.
Albertine tiene un dulce y hermoso rostro de frente, pero de perfil tiene un aspecto
de garfio por la nariz que horroriza a Marcel. Él toma su rostro con las manos
y lo restaura a la posición correcta.
24. El
estado en que Albertine es más agradable para Marcel es Albertine dormida.
25. Al
dormirse se convierte en una planta, nos dice..
26. Las plantas no duermen. Tampoco
se recuestan o fingen. Lo que si hacen es, en sus flores, exponer sus
genitales.
27. a) Algunas veces, cuando
duerme, Albertine se quita el kimono y se acuesta desnuda.
b)
Algunas veces, entonces, Marcel la posee.
c)
Albertine parece no despertar.
28.
Marcel parece creer que es el amo de esos momentos.
29. Quizá
lo es. A este punto, como paréntesis, si tuviéramos tiempo, que no tenemos, se podrían
hacer varias observaciones sobre la similitud entre Albertine y Ofelia – la de
Hamlet -, empezando por la vida sexual de las plantas, que tanto Proust como Shakespeare
usaron para referirse al deseo y lo femenino. Albertine, como Ofelia, encarna
para su amante floreciente femineidad, castración, consecuencia, amenaza y obstáculo.
Albertine, como Ofelia, es condenada por un voraz apetito sexual cuya expresión
es denegada. Ofelia toma su apetito sexual al rio y muere ahogada entre plantas
acuáticas. Albertine distorciona el suyo en la falsa conciencia de una planta
dormida. En ambos escenarios el hombre pareciera tener control sobre el guion y,
aun así, termina de hecho sucumbiendo a los engaños de la mujer. Por otro lado,
decir quien engaña a quien es complicado.
30.
Albertine rie con el color y el olor de los geranios.
31.
Marcel sugiere a Albertine la idea de que su intención es casarse con ella. Pero ella le aburre.
32.
Albertine tiene ojos azules y frescos. Su cabello es como rizadas y negras
violetas.
33.
Albertine se comporta en casa de Marcel como un animal doméstico que entra por cualquier
puerta que este abierta y va a dormir en la cama de su amo. Marcel debe
entrenar a Albertine para que esta se abstenga de entrar a su cuarto a menos
que sea llamada.
34.
Marcel gradualmente separa a Albertine de sus amigas, a las que considera una
influencia malévola.
35.
Marcel nunca dice la palabra “lesbiana” con respecto a Albertine. Dice “el tipo
de mujer al que me opongo”.
36. Albertine
niega conocer mujeres de ese tipo. Marcel asume que miente.
37. En
un inicio Albertine no tiene individualidad, de hecho Marcel no puede
distinguirla bien de sus compañeras ni recordar los nombres de estas ni decidir
a cual perseguir. Forman una multitud informe en su mente, todas empujando sus
bicicletas por la playa con las azules olas rompiendo a sus espaldas.
38. Esta
multiplicidad pictórica de Albertine evoluciona gradualmente en una multiplicidad
plástica y moral. Albertine no es un objeto sólido. No es cognoscible. Cuando
él acerca su rostro al de ella para besarla, ella es diez diferentes Albertine
en sucesión continua.
39. Una
noche Albertine va a bailar con una amiga al casino.
40. Cuando
le pregunta sobre esto, ella miente.
41.
Albertine es rápida y creativa para mentir; es posible que sea incluso una mentirosa
natural. Pero es muy mala mintiendo.
42.
Albertine miente tanto y tan mal que Marcel le sigue el juego. Miente también.
43.
Marcel padece celos, envidia, impotencia, curiosidad, orgullo, aburrimiento,
sufrimiento y deseo, exasperados al máximo por ese juego.
44. Decir
quien engaña a quien es complicado (véase lo de Hamlet).
45. Al
final del quinto volumen, Albertine huye por fin. Desaparece en la noche y deja
la ventana abierta. Marcel, iracundo y fuera de sí, escribe una carta en que
dice que estaba a punto de comprarle un yate y un Rolls Royce cuando decidió
desaparecer, ahora cancelara las ordenes. El yate tiene un precio de 27 000
francos, como 75 000 dólares, y tenía grabada en la proa su stanza favorita de
Mallarmé.
46.
Albertine muere en un accidente con caballo en la página 642 del quinto volumen;
esto, sin embargo, no libera a Marcel de sus celos, solo se resta una a
innumerables Albertines que tendría que olvidar. El amante celoso no puede descansar
hasta que pueda tocar todos los puntos en el tiempo y el espacio que alguna vez
ocupo lo amado.
47. No
hay bien o mal en Proust, dice Samuel Beckett, y le creo. Es el engaño lo que
queda entre grises.
48. Retomemos
lo de la teoría de la transposición.
49. El
30 de mayo de 1914, periódicos franceses reportan que Alfred Agostinelli, un
estudiante de aviación, cayó desde su aeroplano al mar mediterráneo cerca de
Antibes y murió ahogado. Agostinelli, como recuerdan seguro, era el chauffeur al que Proust, en diversas
letras a amigos, admitió, no solo amar, pero adorar. Proust le compro a Alfred
el aeroplano, que costo 27 000 francos o cerca de 75 000 dólares, e hizo grabar
en el fuselaje una stanza de Mallarmé. Proust
tambien pago por las lecciones de aviación y lo inscribió en estas con el
nombre Marcel Swann. La escuela estaba en Monaco. Con el objeto de espiar a
Albert mientras estaba ahí, Proust envió a otro sirviente cuyo nombre era también
Alfred.
50. Comparar
y contrastar la muerte ficcional de Albertine en un caballo fuera de control
con la muerte real de Alfred Agostinelli en un avión fuera de control.
Conmovedoramente, ambos desafortunados amados consiguieron hablar con sus amantes
desde el cruel cielo más allá. Agostinelli, antes de abordar su último vuelo,
escribió una extensa carta que Prosut sufrió de corazón haber recibido el día
después de que el avión se estrellara. Transpuesto a la ficción, esta escena se
vuelve una de las más raras de todas las novelas.
51. Semanas
después de haber aceptado el hecho de que Albertine fuera arrojada por su
caballo y haya muerto, Marcel recibe un telegrama:
Me
consideras muerta pero estoy viva y quisiera verte!
afectuosamente
Albertine.
Marcel
agoniza por días y se debate si reanudar relaciones con ella, hasta que se da
cuenta que la firma en el telegrama fue leída mal por el operador telegráfico.
El telegrama no es de Albertine, si no de otra amante de tiempo atrás y cuyo
nombre (Gilberte) comparte las letras inter-medias con las de Albertine.
52. “Sólo
se ama aquello que no se posee totalmente.” dice Marcel.
53.
Hay
cuatro maneras en las que Albertine rehúye ser totalmente poseída en el quinto volumen:
durmiendo, recostándose, pasando por lesbiana, muriendo.
54.
Solo puede engañar a Marcel con las primeras tres.
55. Proust
seguía corrigiendo el manuscrito de La
Prisonnière en su lecho de muerte. Noviembre de 1922. Afinaba al personaje
de Albertine introduciendo algunas frases de la carta final de Alfred
Agostinelli en su voz.
56. Es
siempre difícil decidir si leer o no a un autor en luz de su vida.
57. Concedido,
la teoría de la transposición carece de gracia, es un intrusivo y triste
mecanismo hermenéutico, pero en el caso de Proust también es irresistible. Aquí
un último chispazo sobre la fricción entre las figuras de Alfred y Albertine: Recuérdese
la stanza que Proust manda grabar en el fuselaje del avión de Alfred –los
mismos versos que Marcel promete inscribir en la proa del yate de Albertine - fragmento
de su poema favorito, como él dice. Éstos son 4 versos de Mallarmé que hablan
de un cisne que se congela en el hielo invernal de un lago. Los cisnes obviamente
son aves migratorias. El cisne del poema por alguna razón falla al remontar el
vuelo cuando llega el tiempo de hacerlo. Qué nefasta y extraña sombra emiten
ambos amoríos, ficcional y real; qué analogía tan desesperada para representar
esa última paranoia de invernal posesión. Como Hamlet dice a Ofelia,
precisamente y sin piedad, “No debiste haberme creído.”
58.
Un cygne
d’autrefois se souvient que c’est lui
Magnifique
mais qui sans espoir se délivre
Pour
n’avoir pas chanté la région où vivre
Quand du
stérile hiver a resplendi l’ennui
(Mallarmé, ‘Le vierge, le vivace et le bel aujourd’hui’)
un cisne antiguo recuerda
es él:
aquello
magnifico pero
desesperanzado
liberándose al fin
pues falló al cantar
de una región para los vivos
cuando el gélido invierno
abrazo
todo con tedio
59. ‘Todo,
en verdad, es por lo menos doble.’
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