algunas "series" de andrés fisher




 
foto: Augusto Carrasco


a noche americana 


i. 

Un día los vestigios fueron carne. Entre los restos de hierro y hormigón la energía fluía como un gran dinamo de cables centellantes. Nubes de humo supernatural emergían de las fábricas que no se detenían, tenaces en su pulso incesante. 


ii. 

Cables que danzan electrizados. Individuos que danzan sobrexpuestos de electricidad cerebral. Escenas de humo coronando ciudades. Motores que se desvanecen como la carne que un día abandonará al hierro dando origen al vestigio. 


iii. 

Los restos de humo hoy tienen carne. Electricidad en los cables, en la tenacidad de los motores pero a la distancia, en la noche de asfalto y humo se puede entrever el esqueleto: la majestad de unos espectros de hierro. 



 
variaciones sobre un poema de joao cabral de melo neto: ríos sin discurso o el dis-curso de los ríos 


i. 

El discurso de un río: su flujo de agua y palabra en situación discursiva.
La interrupción del flujo; el agua rota en pedazos y la palabra estática, en situación diccionaria. 


ii. 

La palabra y la corriente estancadas; espejos de sí mismas ante la interrupción del caudal discursivo.
La sintaxis rota de un río: su caudal desmembrado, su léxico agonizante.

iii.
El dis-curso de un río; la deconstrucción de agua y vocablos que componen su flujo.
Una riada que reata o reúne: la imposición interina de otro lenguaje que reestablece el discurso.

iv.
Hilos de agua que se hacen frases: trama de locuciones que reconducen al discurso original del río;
Léxico de sí mismo: vocablo, oración, lenguaje caudaloso de agua discursiva. 




variaciones de un poema de juan carlos mestre: elogio de la palabra (pronunciada ante el vacío) 


i. 

Una multitud que no existe contempla a la palabra y su evolución ante el vacío.

ii.

Palabra ardiendo en el fuego de otro cuerpo: bajo la mirada de un dios al que otorga la existencia.

iii.

La palabra: ballesta de sí misma ante la mirada del pájaro; lingüista que vuela a ambos lados de la muerte.
iv.
Testamento de lo nombrado: la materia de la palabra y su sonido; espacio abierto entre el deseo y la memoria.
 



CASTILLA XIII
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i.
Se extienden los olivos en el sur de Castilla,
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ii.
y los viñedos, ocupando mucha tierra en las comarcas.
-
iii.
Los mismos castillos se alzan en las cresterías,
-
iv.
ocupadas ahora también por los blancos molinos de metal.





DESCRIPCIONES

-ii. (176 Stewart Simmons rd. Triplett, North Carolina)
-
Dos caballos overos en su pradera muy verde. Sobre la loma, un pequeño cementerio rural. Una bandera y las gallinas.
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Los gatos toman el sol en la terraza de madera. El pasto esplendente esta lleno de sus desplazamientos. Pasados y futuros. Invisibles.
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La mujer trabaja en el jardín. Tras ella los caballos enloquecen galopando y en cabriolas. Bajo el mismo cielo azul grisáceo. (A Teresa)
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Van cambiando las sombras del sol sobre la hierba. Con el crecer de las hojas y su caída de los árboles. Las gallinas a su modo, también cumplen con los ciclos.
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Flores amarillas salen del pasto recién cortado. También blancas y violetas. Tres árboles, los arbustos y el arroyo.
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Cae la lluvia y en vez de apagar el verde lo enciende aun más. Como lo hace con el gris. El del cielo y del asfalto.
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Resplandece el verde de la pradera, de la loma y del jardín. El del bosque aun es incipiente. Los caballos y las gallinas del otro lado del arroyo. Los gatos y la niña de éste.
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La pequeña casa roja y el delgado camino de asfalto solo resaltan el resplandor de la marea de pasto verde. Que lo cubre todo, incluso las palabras.
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Amanece tras noche de lluvia. La bruma apenas deja ver a los caballos, que pastan en la pradera.
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Desde el arroyo la casa es una bandera tricolor. El pasto verde, la casa roja, el cielo azul.
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El verde cubre las comarcas. El verde de la hierba, del bosque y los arbustos. Entre medio y a los lados del camino. Que es un surco entre el verde que lo envuelve.
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En la terraza de madera, bajo el gran árbol de flores blancas, la poesía de los maestros resplandece.

Árboles y arbustos en flor. La hierba húmeda brillando y haciendo brillar el gris de asfalto y cielo. Banderas de color en primavera.
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Declina el sol y hace aun más intenso el color de las flores. Un momento efímero pero fuerte. Como el de los caballos, galopando tras los ciervos.
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La casa roja, el árbol blanco, el arbusto amarillo. El galgo aun cojo, vuela sobre la hierba.
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La gata cruza el prado hasta el arroyo. Bebe allí agua curativa. Entra luego a la pradera de los caballos. Se miran con la yegua, las cabezas a medio metro de distancia. (A la gata Begoña)



El perro ciego*

i.

El perro de mi vecina es como uno de los ángeles de Rafael Pérez Estrada.

ii.

Camina con la cabeza erguida olfateando el cielo y las ardillas, que danzan en las ramas de los robles.

iii.

El perro ciego de mi vecina parece levitar cuando se mueve en círculos sobre la hierba y las bellotas.

iv.

Entre el infinito y el bosque, que comienza al fin de la calle sin salida.




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*A Juan Carlos Mestre


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